viernes, 20 de mayo de 2011

Cambiaras un poquito de mi suerte

Es sábado por la mañana, acabo de salir de un seminario de la universidad, caminando por una transitada calle del centro de la ciudad, decido ir comprar zapatos para el desfile del siguiente día, sofocado por el inmenso calor cruzo a la otra acera, de pronto la veo, unos metros detrás está la señorita R (así le decía un Profe), la señorita R y yo habíamos sido compañeros de clase en un curso del semestre pasado, durante esos 4 largos meses no había conseguido entablar conversación con ella, al menos no una que incluyese estudios o trabajos del curso, simulo no haberla visto y en una magistral escena fingo haber visto algo interesante en la tienda de lado para detenerme un momento y tropezar con ella en una feliz coincidencia.
-Hey hola, ¿que haces?- me dice ella, -Nada, hola ¿como estas?- le respondo y me pongo delante de ella, -bien y ¿tu? ¿a donde vas?- me pregunta, por un momento dudo en que decir, invento dos teorías en mi cabeza, podría decirle que voy a la plaza o a algún lugar interesante a vagar un rato e invitarla a venir, o decirle la verdad, que voy a comprar un par de zapatos para un tonto desfile del cual seré parte contra mi voluntad…mi lado honesto me convence y le comento lo de los zapatos.

 -Asi, que bien, yo también voy a comprarme unos- me dice, y yo me quedo boquiabierto, jamás pensé que ser sincero podría regalarme semejante oportunidad, era momento de decir algo ingenioso y pasar con ella una mañana de Shooping (aunque para muchos eso signifique, ver a la chica probarse zapatos una y otra y otra vez, para que al final no compre nada, porque el calzado que se probo dista mucho de ser lo que realmente quiere), le comentó que sé de un lugar donde venden zapatos con las tres “B” buenos, bonitos y baratos, R acepta y nos dirigimos al Centro Comercial (que mas parece mercadito de pueblo joven), en el camino le pregunto cosas que siempre quise saber de ella, y me sorprende saber que no es el tipo de persona que me imaginé hace meses, resulta ser mucho mejor, una chica sin muchas complicaciones, alguien que disfruta de la vida teniendo en cuenta los limites que esta la impone, me gusta más este nuevo Yo (o mejor dicho su nuevo ELLA) que me revela y me animo a pedirle su numero para hablar y posiblemente salir un día, -bueno es - me dicta el numero y yo le comento que -hace un par de meses Ali baba y los cuarenta ladrones me agarraron en mancha y después de una larga batalla se llevaron mi lujosos celular (en realidad solo fue un tipo que se llevo mi nokia de 90 lukas, pero se lo cuento con cierta intrepidez para impresionarla), R se da cuenta de mi mentira y sonríe, coge un lapiz, apunta su numero en una hoja y me lo entrega. (genial!, ahora solo hace falta conseguir un celu para llamarla).

Comento con R mi desapruebo en comprar zapatos que solo me servirán en contadas ocaciones, le digo que prefiero mil veces usar zapatillas, de esas flexibles que me permiten hacer lo que quiera y que afortunadamente combinan muy bien con los demás trapos que suelo usar (trapos le digo yo a la ropa, porque son eso, trapos ¿o no?), extrañamente R piensa lo igual que yo –me gustan más los tenis que uso ahora- me dice, -pues si, no entiendo porque las chicas usan tremendos tacos para aparentar ser mas altas le digo, -¿ha me estas diciendo chata?- me dice ella; Oh oh ¿las frege?, detecto cierta molestia en su tono de voz, -para nada, estas re-bien, ni tan alta, ni tan baja, eres la chica ideal- le digo tratando de salvar la tonteria que dije antes.

Mientras caminamos R se queda callada por un momento,  chispas, la estoy perdiendo, piensa, piensa, piensa!! que le digo!!, recuerdo que una vez leí en una pagina de internet  que para entablar conversación con alguien que acabas de conocer tienes que ser gracioso… pero no payaso, tratar de ser atrevido… pero no patan, tratar de ser listo… pero no opacante, tratar de ser cariñoso… pero no meloso, o sea tratar de ser cool… pero no arrogante (Maldita sea porque son tan complicadas las mujeres, dioses egipcios ayúdenme!); vuelvo al tema del porque las mujeres son tan complicadas a la hora de vestirse, del porque se hacen esperar, del porque dicen NO cuando realidad quieren decir SI, -"Cuando somos así quieren que seamos asa… pero cuando somos asa, quieren que volamos a ser así ¡mujeres! quien las entiende"-le digo; R me mira y me suelta una frase que hasta el día de hoy me da vueltas en la cabeza y trato de tener en cuenta cuando hablo con alguna fémina “A las mujeres no hay que comprenderlas, hay que quererlas”... ¿quererlas?, mi lado enamoradizo detecta cierto interés de R hacia mi persona, ¿trató decirme que insista con ella? tal vez nunca lo sepa, como dije “son tan complicadas”
 
Para hacer un poco más amena la conversa le hablo del nuevo comercial de la tv (ese en el que un tipo dice que “hoy en día los hombres no valemos nada” porque no tenemos nisiquiera un shampoo para varones), le digo que en cierto modo es cierto, la mayoría de las cosas que hacemos es por ellas, para impresionarlas, muchas veces tenemos que acceder a sus “caprichitos”, tragarnos nuestro orgullo y darles la razón (aunque todos sabemos la verdad de esto) e imito al pata diciendo –cuando se hunde un barco ¿quien se salva primero? Las mujeres y niños… y a nosotros? Claro, que nos traguen los tiburones-, R se ríe y suelta su clásico –muy bien… bravo por las mujeres- aplaudiendo con un gesto bastante interesante.

Llegamos al lugar, entramos al “megacentrocomercial” luego de dar un par de vueltas R recibe una llamada, y yo me pongo celoso, creyendo que es algún tipejo que trata de robarme a mi chica (no es que sea posesivo, pero como dice la canción de Sin Bandera “aun ni siquiera te tengo y ya tengo miedo de perderte amor”, porque carajos seremos tan inseguros), -Aló mamá ¿donde estas?-dice ella... (Aaahh es su mamá, respiro aliviado), -Si, estoy en el centro comercial que queda en tal lugar- empieza indicar el lugar exacto en que nos encontramos; joder, viene la suegra (digo su mamí) pienso y me pongo nervioso, que hago, que hago, que hagooooo, como la voy a saludar, mi cerebro trabaja a mil por hora y recuerdo todas las películas que he visto en mi vida, debo encontrar la frase adecuada y no quedar como un tonto frente a la señora que algún día me recibirá en su casa para celebrar la navidad, hago memoria y se me vienen a la mente un montón de escenas, pero en todas el yermo queda mal frente a sus suegros en lo que probablemente es el momento mas importante de su vida (gracias Holliwood, ahora estoy mas nervioso), decido tranquilizarme, hasta ahora las cosas me estaban saliendo bien, así que probablemente, en un momento de lucidez irrepetible, sabré como impresionar a su madre y quedar aprobado para poder cortejar a R.

Mientras esperamos y tomamos un delicioso juguitus de naranjus, trato de ganar puntos, le hablo de mis aficiones, la buena música que escucho, los muchos conciertos a los que tengo acceso gracias a mis “contactos” y lo rico que seré algún día produciendo mega espectáculos en todo el país, le menciono los grupos que me gustaría traer, -¿quienes son esos? la verdad yo prefiero la música hindú- me dice, -pues yo solo he escuchado un par de canciones hindus en las pelilloronas que ve mi hermano- le comento, R se pone seria y me comenta que no solo es fanática de la música, sino también de las películas (no me van a negar que son tristes y para llorar), bailes sincronizados, actores, en fin de toda la cultura medio oriental (Chss, esta vez si que meti la pata, como mientrax salgo de esto), todavía no he dicho nada y afortunadamente alguien la llama a unos metros, es su madre (Yeeeah, gracias seño, jamás la llegada de la madre de la chica que uno afana había sido mas celebrada) = )

R nos presenta y yo aparento ser un chico serio, un tipo que tiene bien definido que hacer por la vida (aunque no tenga la mínima idea de donde estaré mañana), le comento que tengo un espacio en Internet y que soy visitado por alrededor de mil personas diarias, la doña no se impresiona, me mira de pies a cabeza, y  aunque no lo diga, su rostro refleja perfectamente lo que piensa “pobre muchacho, seguro que no sabe ni limpiarse los mocos”, tal vez por cortesía suelta su aprobación y nos acompaña a comprar el calzado, o mejor dicho nos empuja a hacerlo, -primero el suyo joven, debe estar apurado- dice la  seño (que manera tan interesante de decirme que me largue de una vez), entiendo el juego y devuelvo el golpe con aparente caballerosidad, -para nada, las damas son primero, además ya tengo pensado que comprar y sé que una hermosa dama como su hija querrá que alguien le diga lo bien que le quedan sus nuevos tacos- (toma eso!!)… R la hace de como mediadora y finge haber encontrado ya lo que buscaba; ingresamos a la tienda y preguntamos por diferentes precios y modelos, amablemente cojo las cosas que R lleva consigo y le alcanzo un banco para que pueda probarse su probable nuevo calzado, bromeo un poco para parecer simpático, pero la mamá de R pide que nos apuremos pues de pronto ha recordado unas cosas pendientes y esta un poco apurada (que casualidad).

Listo! 20 minutos después de haber buscado por aquí y por allá, termínanos nuestras compras, salimos del centro comercial, caminamos un par de cuadras, R y su madre me hacen a un lado de la conversación, entiendo bien lo que pasa, así que decido despedirme, estoy cansado y es casi hora de almorzar (ya me rujen las tripas) -Bueno me voy, fue un gusto conocerla, Chau R cuidate- y camino en  cualquier direccion tratando de desaparecer del lugar.

Ya lejos me detengo, las veo alejarse y pienso que nada de esto hubiera pasado si no hubiese sido sincero con R, despues de todo decir la verdad no es tan malo como siempre pensé; camino un par de cuadras y me embarco en la primera combi que veo, de camino a casa no puedo borrar de mi cabeza a R, tengo en mi mente sus ojos, sus labios, su sonrisa, su cabello, sus extraños pero tiernos gestos, su dulce forma de decir algunas cosas y su firme posición al defender sus ideas, la imagen que antes tenia de ella se ha disuelto y ahora es una nueva y mucho mas interesante chica. Sonrió e imagino lo genial que será nuestro próximo encuentro.

"Quiero conocerte, cambiaras un poquito de mi suerte..." dice la letra de la cancion HOLA de los gauchos Miranda, seguro la conocen de la novela LALOLA, la cancion de alguna manera hace ironía de el calvario que algunos pasamos para hablar con una chica.



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