miércoles, 1 de junio de 2011

Quiero ser tu heroe

De un tiempo aquí se me ha hecho difícil poder hablar con ella, Sara ha estado distante todo este tiempo, no se sí me haya equivocado al decirle lo que sentía por ella, tal vez no lo hice de la mejor forma posible, simplemente fuimos al cine, al salir procure estar a solas con ella, en un lugar tranquilo a la luz de la luna, traté de ser romántico y lindo con ella, pero puso la clasica escusa del “necesito tiempo” en buen cristiano me rechazo y sin entenderlo, decidió que era hora de irnos ¿porqué? Es cierto, era tarde (como dice Nicolas Lucar) el reloj daba minutos antes de las 8, pienso que la principal razón de su huída era su padre, un tío autoritario, criado a la antigua, sin escrúpulos dispuesto a arruinarnos la vida con sus pataletas de padre sobre protector, que le costaba prestarme a su hija un par de horas más, después de todo la noche afloja corbatas, desata trenzas, reúne a los amantes, abriga el pecado.

Recuerdo lo que tuve que hacer para poder salir con ella, aquella tarde llegue temprano a su casa para ir al cine y después para despues tener un tiempo a solas con ella, ni corto ni perezoso toco el timbre y me acomodo el cabello cual galan de telenovela esperando a que mi doncella abra la puerta, tristemente esto no pasó, a pesar de la hora, Don Hugo estaba en casa (el muy vago no habia ido a trabajar y estaba a punto de fregarme el plancito) ahí estaba yo, parado en el umbral de la felicidad, tan cerca y a la vez tan lejos, había esperado esta salida por semanas, Doña Ines había accedido a dejarnos salir juntos con la promesa de devolver a Sara temprano a su casa, había gastado todos mis recursos en lograr esta salida, pero estaba a punto de ser truncada por un cruel Rey que protege a su princesa de las garras de un plebeyo pordiosero y sin futuro.


-Si, ¿joven que desea?- me pregunta Don Hugo… sal de aquí tío, quiero ver a tu hija, pensaba en mi mente pero no, no podía hacerlo, no a menos que quisiera ganarme un puñete en mi recién afeitado rostro.

-Buenas tardes ¿estará Sara?- le respondo con una voz seria y tranquila, como quien esta seguro de sí mismo, convencido de ser el tipo más respetuoso del mundo.

Aguanta tu coche mocoso, ¿a poco crees que te la vas a llevar fácil, tu crees que yo nací ayer, crees que no sé lo mañosos que son los chiquillos de tu edad, lo “vivos” que se creen y lo floreros que son para seducir a hijas bien? no compadrito conmigo vas a sufrir; tal vez eso haya pasado por su mente, pues la siguiente frase me dejo frio, -¿Quién eres, y que quiere con mi hija?- quede helado, ni Plutón tenia menos temperatura que yo, ni siquiera el abominable hombre de las nieves había sentido tanta frialdad en su vida, sentí ganas irme, soltar un “perdon me webie de casa” y huir de aquel pedazo de la antártica; pero no, no podía hacerlo, era obvio que el tío me estaba probando, quería ver que tan machito era, si podía defender a su hija de cualquier adversidad que ocurriese aquella en el camino, jamás dejaría que su retoño se vaya con un cobarde que huye de la situación adversa.

Respire hondo y respondí –Mi nombre es Rafael, soy compañero de clases de su hija, quedamos en ir al cine, doña Ines ha dado ya su aprobación y espero que usted haga lo mismo, después de todo es fin de semana y quedarse en casa no parece una opción muy diversita- ni siquiera había terminado de hablar y ya estaba me arrepentido de abrir mi bocota; don Hugo me miro de pies a cabeza y me extendió la mano, por un momento dudé en hacerlo, tal vez si extendiera la mía me agarrase con alguna de esas llaves que se han puesto tan de moda gracias a la WWE, o al puro estilo del Chapulin Colorado, me aplique una yegua voladora, tal vez me ponga unas esposas y me sujete contra la reja mientras me golpea sin piedad por querer pasarme de “chistosito”; me arriesgo y extiendo mi brazo… estrecha mi mano y me la aprieta con una fuerza descomunal, como tratando de decirme “que vas a hacer con esa mano chibolo desgraciado”; afortunadamente sale Doña Ines, que observa el atropello del que estoy siendo victima y me invita a pasar a la sala (Mujeres, que seria de nosotros son ustedes).


-Toma asiento Rafito, Sara esta por bajar, cuéntame como has estado, que tal el colegio, a donde piensan ir, ya compraste los boletos, me la traes temprano por favor- me dice la seño mientras me invita un vaso de té, tal vez para reanimarme, he de parecer un muerto, don Hugo casi me arranca el brazo con su peculiar saludo.

Hablamos unos minutos o mejor dicho varios minutos, Sara tarda mas de lo normal en salir, gracias a ella ahora tengo que soportar la mirada matadora que tiene don Hugo, vacilo y dejo vagar mis ojos por las paredes de la sala llena de diplomas, reconocimientos y hermosos cuadros, pero cuando respondo las preguntas de doña Ines y don Hugo me veo forzado a verlos de frente, ella esta sonriente y animada, no se si sea un don, o es que traten de engañarme, pero he tenido cierta facilidad para congeniar con las madres de algunos amigos; pero la mirada de su esposo es totalmente opuesta, veo en sus ojos una bandera pirata a punto de atacar un velero en alta mar, esta por saquear el poco valor que me queda.

Al fin, luego de 30 largos minutos, los más largos de mi vida (hasta entonces), Sara baja de su habitación, esta preciosa, más que de costumbre, se convierte en el arco iris después de la tormenta, en el esperado amanecer luego de una noche oscura y tenebrosa, en un oasis en medio del sofocante calor del desierto, en una isla en medio del atlántico… Recibe algunas indicaciones de su madre y salimos de la casa, me despido cordialmente y esta vez evito darle la mano a don Hugo, un mismo error no se comete dos veces, al menos no en el mismo día.

Salimos y cojo el primer taxi que pasa, nos embarcamos y en el camino me pregunta cómo me han tratado sus padres, siento ganas de contarle la verdad, decirle que no pensé que su papá fuera el “increíble Hulk”, decirle que nunca más iba ir a buscarla a su casa, que estaba molesto por haberme hecho sufrir el peor calvario de mi vida, que se consiga un teléfono celular para así poder llamarla y decirle que salga de su casa y jamás, jamás volver a ver aquella mirada asesina que tenia, su según ella, su “adorable papi”; pero no, eso no es lo que respondo, que ganaba con hacerlo, acaso ella iba a interceder por mi ante el hombre que le había dado la vida, o peor aun, en el hipotético caso de que lo hiciera, don Hugo, concluiría que “Rafito” no es mas que un gallina, un niño llorón que lo único que sabe hacer es quejarse de las situaciones que le ocurren, lloriquearle a una mujer sus dolores, alguien que culpa a los demás por las repercusiones de sus actos… Asi que solo le digo que me la he pasado bien hablando un rato con ellos(….) y rápidamente cambio de tema haciendo varias preguntas -¿Teminaste los trabajos de Mate? ¿Qué has estado haciendo por la mañana? ¿Viste el nuevo comercial de TV? ¿Qué película quieres ver?... Me encanta tu perfume, tienes que decirme como se llama- y así logro dispersar aquel ambiente hostil y tranquilizar mi alma.

Llegamos al cine, vemos la cartelera, revisamos la sinopsis de algunas pelis, me inclino por una de terror, pero ella prefiere una romántica, lo dejamos al azar y saco mi moneda de la suerte, la arrojo al aire y ¡guala! Consigo ganar, asi que compro los boletos para la cinta de terror (EL AMANECER DE LOS MUERTOS), compramos canchita y gaseosas (que por cierto estaban caritas, demasiado para ser algo totalmente normal, ni que fueran importadas ¿o si?), ingresamos a la sala y escojo un lugar cómodo y alejado de todos, es hora de aplicar lo aprendido, según el manual de “Como besar a la chica en el cine” hasta ahora estaba haciendo lo correcto, había conseguido entrar a la función de una película de terror, unos asientos pegados, cómodos y lejos de los demás, me había echado encima todo el perfume que había robado del cajón de mi hermano, ahora solo faltaba esperar a la sangre, a la muerte repentina, al sonidito tenebroso, a las muertes inesperadas para que Sara se apegue a mí, y busque cobijo en los brazos de un hombre, un hombre que jamás la dejará, un hombre que la protegerá contra todo, un héroe, un hombre que había soportado media hora de tortura psicológica a cargo del sheriff de la ciudad (su padre), nos acomodamos y me apresuro en acabar mi gaseosa y canchita para tener las manos libres, libres para confortarla y brindarle seguridad cuando ella lo necesite.

Anuncios y algunos trailer’s a para no aburrir a la gente mientras se llena la sala, de pronto se apagan por completo las luces y empieza la película, en escena un tipo con su novia en la cama, están de lo mas felices has que de pronto son atacados por zombis ansiosos de carne, la peli se pone interesante, o mejor dicho escalofriante, Sara se asusta y yo aprovecho el pánico para abrazarla, la recuesto sobre mi hombro mientras en la pantalla centenares de zombis devoran gringos en una desolada ciudad.

La película transcurre y yo poco a poco me voy acomodando para poder devorar sus labios, me alucino un zombi, sediento de sangre, dispuesto a satisfacer mis deseos a cualquier precio, espero el momento correcto y ¡juazzz! Sutilmente cojo su menton y pego sus labios con los míos, Sara se sorprende pero accede al primer beso de lo que espero sea una larga relación.

Continuamos viendo la película y entre mordida y mordía (de la película por siaca, ¿recuerdan? Es de zombis que comen gente) nosotros nos damos pequeños piquitos, me coge la mano, la misma mano que horas antes estuvo a punto de ser despedazada por un tiburón blanco sediento de sangre, le susurro al oido lo mucho que me encanta, las varias ocasiones había imaginado esta situación, se ríe pero su sonrisa se ve frustrada por una trágica muerte en la película, película que por cierto ya ni me interesa, total, luego saldrá el DVD y podré verla en mi casa tiradote en mi cama de lo más tranquilo, yo estaba mas preocupado en verla, en sentir su calor, su piel, su perfume, en acariciarla, besarla y morderle suavemente la boca.

Fugazmente termina la peli y salimos del lugar, caminos por los alrededores del mall como dos locos enamorados, reímos, compramos un par de chocolates, para darle mas sabor a nuestros desaforados besos, no tengo más de 16 años, pero yo me siento todo un Tom Cruise, soy un amante loco, sediento de besos y caricias. Nos sentamos y le hago la pregunta del millón, aunque después de lo que ha pasado, la respuesta es obvia, la interrogante es solo para oficializar nuestra relación, increíblemente Sara me pide tiempo ¿tiempo? ¿tiempo para que?, para ponerse más lápiz labial sabor a frambuesa y seguir besándonos (pienso), pero no, ella quiere tiempo para pensar bien las cosas, según ella me aprecia y quiere empezar bien esta relación, así que va a pensárselo bien y en pocos días me dará la respuesta, para un taxi y nos embarcamos de regreso, en el taxi trato de abrazarla, pero ella se niega (¿de que me perdí?), hace pocos minutos estábamos de lo mejor ¿la química entre nosotros se había acabado? así como los zombis habían acabado con toda la población terrestre en la película, ¿en que momento paso de ser una loca enamorada en una chica recatada y de casa?.

Llegamos a su casa, se despide con un beso en la mejilla, toca el timbre, sale Doña Ines, entra y cierran la puerta, yo estoy todavía más frió que la primera vez que estuve parado en ese mismo lugar.

Casi un mes después sigo esperando la respuesta a mi pequeña gran pregunta, pero ella me evita, no quiere hablar conmigo, esta distante ¿acaso quiere ir de nuevo al cine?, si es así que me avise y asunto arreglado, pero no, prefiere guardar silencio. Me formulo teorías tratando de explicar lo que pudo afectar su decisión, ¿habló con su mamá?, seguro que sí y Doña Ines acepto, pero tuvo que contárselo también al increíble Hulk y este se habría negado rotundamente, obligándola incluso a no mirarme, ¡Maldita sea! Quiero ir a su casa y enfrentarme a ese sujeto, exijo una explicación, pero no me atrevo a ir, tal vez ya haya colocado sus minas personales, contratado francotiradores con ordenes de dispararme apenas fuese divisado, comprado pitbul’s sedientos de carne. Tal vez nunca sepa que es lo que realmente paso, la única que tiene la respuesta es Sara, pero como van las cosas, creo que no lo sabré, es mejor resignarme y olvidarla, he intentado cientos de situaciones para hablar con ella, pero su convicción de rechazo es muy fuerte. Al parecer no soy su heroe.


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